Transparencia Internacional (TI) es una organización no gubernamental que promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción política en el ámbito internacional. Se fundó en 1993 y publica anualmente el Índice de Percepción de Corrupción, una lista corporativa de corrupción a nivel mundial. La organización opera en más de 70 países y su sede se encuentra en Berlín (Alemania). Ayer, miércoles, publicó su último informe.
Antes de continuar he de aclarar, -para quien no me conozca todavía- que llevo casi una década denunciando casos de corrupción, a diversos niveles, en este país, arriesgándome con ello a que me rompan la cara, ya sea judicialmente o en el sentido literal del término. Y también que no ha faltado quien lo haya intentado, en ambos sentidos, aunque la sangre no llegase al río. Pero ni siquiera eso ha logrado frenarme. Pero sí que lo está consiguiendo «la pila». Quiero decir, la pila de años que se van acumulando, uno tras otro, sin la esperanza de vislumbrar un futuro mejor. Es decir, una disminución de la corrupción que nos garantice un país más justo e igualitario para todos y todas.
Entiendo que ante esta situación la sensación de hastío es generalizada, y no creo que este sentimiento esté únicamente presente en mí, sino también en la gran mayoría de los españoles. Y es que como no se meta mano a estos sinvergüenzas, y bastante más de lo que ya se está haciendo con algunos, no vamos a levantar cabeza jamás: pagaremos una sanidad y educación más caras, disfrutaremos de pensiones con cuantías inferiores a las que tendríamos derecho, pagaremos por desplazarnos, iluminarnos o calentarnos, bastante más de lo debido, etc. Y de esa corrupción forman parte también las conocidas como “puertas giratorias”, con las que es necesario también acabar.
Todo esto viene a cuento porque ayer Transparencia Internacional publicó un informe en el que señala que España alcanza su peor registro en la clasificación mundial de la percepción ciudadana de la corrupción. Y que ya hemos conseguido el reto otrora inimaginable de situarnos al mismo nivel que países como Botswana. O que incluso nuestro vecino, Portugal, logre superararnos tranquilamente en esta lista, con una puntuación bastante mejor que la nuestra.
En fin, que no tenemos nada de lo que estar orgullosos, o al menos en este sentido. Según el mencionado informe España cae a su peor clasificación de la historia en el índice de percepción de la corrupción al colocarse en el puesto 41 de 176 países con una nota de 58 (la misma de 2015, pero comparativamente inferior). «Hemos alcanzado el récord histórico de corrupción comparativamente», resumió ayer uno de los autores del informe, en el cual España se hunde si se le compara con el resto de los países de la Unión Europea. «Estamos entrando en un pelotón de países que se han acercado peligrosamente a la corrupción sistémica muy recientemente, como Georgia o la República Checa», añadió el portavoz de la institución.
Dinamarca y Nueva Zelanda encabezan el índice de menor corrupción con 90 puntos sobre cien en calidad democrática. A eso ya estamos acostumbrados, pero lo que resulta más difícil de tragar que Los Emiratos Árabes Unidos, Bután, Bahamas, Botswana, Catar, Cabo Verde, Hong Kong o Uruguay reciben mejores calificaciones que nuestro país, tan europeo él. Y esto es así porque España el país de los casos Gürtel, Bárcenas, Púnica, Pujol, Taula, o el de los EREs andaluces, por citar solamente algunos de los más nombrados.
Dice Transparencia Internacional que la falta de protección a los denunciantes, para los que reclama una ley protectora, ha impedido que se hayan conocido aun más casos y ha favorecido que la corrupción se extienda por España. También señala que los ciudadanos consideran que la justicia está politizada y que son muchos los casos de corrupción que quedan impunes. En consecuencia, la institución pide que se despoliticen los órganos constitucionales, que se reduzca el número de los aforados, que se impidan los indultos a condenados por corrupción y que se sancione a quien incumpla la Ley de Transparencia.
En noviembre de 2016, los españoles ya suspendieron rotundamente al Gobierno en su declarada labor de lucha contra la corrupción: el 80% de los encuestados entonces opinó que el Ejecutivo estaba haciendo un mal trabajo. Llamaba entonces la atención que ningún otro país de la Unión Europea registrase índices tan altos de reprobación ciudadana a la actitud de sus gobernantes.
Medidas urgentes para prevenir y combatir la corrupción.
Desde luego hay soluciones para acabar con esta situación, y Transparencia Internacional expone algunas de las que, a su juicio, podrían reconducirla en la buena dirección. Son las que extraigo de su informe:
1) Promover la despolitización de los órganos constitucionales y disminuir de forma significativa el excesivo y desequilibrado poder de los Partidos políticos en relación con la sociedad y los ciudadanos.
2) Reducción del número de aforados (ningún país en Europa tiene tantos aforados como España), así como las características del aforamiento, limitándolo exclusivamente a las actividades y actuaciones relacionadas con el correspondiente cargo público.
3) Prohibición legal de la posibilidad de conceder indultos por corrupción. Es importante que los eventuales corruptos sepan que no van a tener ninguna posibilidad futura de una condonación legal de sus delitos a través de la figura del indulto.
4) Disminución sensible del clientelismo político, disminuyéndose a tal efecto la enorme cantidad de cargos de libre designación existentes en este país.
5) Mejorar diversas disposiciones legales en el ámbito sancionador, incluyéndose a tal efecto la figura del delito por enriquecimiento ilícito, así como el desarrollo de un régimen específico de infracciones y sanciones en la Ley de Transparencia.
6) Aprobación urgente del Reglamento de la Ley de Transparencia, todavía pendiente tres años después de haberse publicado la Ley.
7) Publicación de una Ley de protección a los denunciantes: Para que los ciudadanos se sientan protegidos legalmente cuando conozcan hechos y deseen formular denuncias por fraude y corrupción.
8) Regulación de los Lobbies: Es necesario que se regulen desde un punto de vista legal los lobbies, se propicie su transparencia social, y se establezca obligatoriamente la creación de Registros de grupos de interés en las distintas instituciones públicas y parlamentarias.
9) Transparencia de las formaciones políticas: Es necesario que aumente la transparencia (tanto externa como interna) de los Partidos y de las entidades perimétricas de los mismos (Fundaciones, etc.), siguiendo de esta forma las recomendaciones del GRECO (Grupo de países del Consejo de Europa contra la Corrupción). Transparencia Internacional España está preparando una nueva y más amplia evaluación de la transparencia de los Partidos, con el fin de incentivar y contrastar como sociedad civil esta necesaria apertura informativa de las formaciones políticas.
10) Cumplimiento por las instituciones públicas de la normativa legal sobre publicidad de sus contratos. De una forma tan inaceptable como preocupante la mayor parte de las entidades públicas incumplen la obligación legal de publicar sus contratos y licitaciones en la Plataforma de Contratación del Sector Público (en función de lo establecido por la Ley 20/2013 de Garantía de la unidad de mercado). Es muy importante que la información general y detallada de los contratos y licitaciones que llevan a cabo los miles de entidades públicas españolas se encuentre centralizada a nivel nacional y a disposición de todos los ciudadanos y empresas de este país.
11) Eliminación del discrecional y poco transparente sistema de libre designación de los Secretarios, Interventores y Tesoreros de Administración Local, pasando a basarse su designación en los principios de publicidad, mérito y capacidad, para evitar que sean elegidos por los propios Cargos electos a los que van a controlar.
12) Educación: Los Partidos políticos y grupos parlamentarios han de entender, y trabajar en aras de ello, que la solución más efectiva a medio y largo plazo es prevenir la corrupción a través de la educación de los ciudadanos, debiendo fomentar medidas para que en los distintos niveles educativos se introduzcan conceptos y materias relacionados con la ética, los valores, la transparencia, la integridad y la prevención de la corrupción.
Esperemos que los partidos políticos estén a la altura de lo que la ciudadanía les exige hoy y que respondan a su continuada y reiterada petición que venimos haciendo desde hace años, para que adopten medidas como las aquí reseñadas.
Un ecologista en El Bierzo.
España cae a su peor registro en la clasificación mundial de percepción de la corrupción. 25/01/16. Elpais.com.
Los españoles suspenden al Gobierno en su lucha contra la corrupción. 16/11/16. Elpais.com. h
Transparencia Internacional pide proteger por ley a los denunciantes de corrupción. 09/12/16. Elpais.com.