La Alberca es una pequeña población situada en la Sierra de Francia. Estas montañas se encuentran en el extremo oeste de la Cordillera Central, en la provincia de Salamanca, ya lindando con la provincia de Cáceres.
En lo que me concierne, llegué hasta aquí proveniente de Ciudad Rodrigo, una histórica población situada en el confín sudoeste de la provincia salamanquina, esto después de visitar la Sierra de Gata. Mi intención era quedarme un par de días en La Alberca, pero al final fueron el doble.
Es de destacar que esta región ha estado durante décadas muy mal comunicada, y que en cierto modo aún sigue siendo así, pero también es cierto que existe una amplia red de pequeñas carreteras que relacionan internamente a las numerosas poblaciones del lugar. Por otro lado, este aislamiento es el que ha propiciado el singular tipismo de la zona, que cuenta con una arquitectura propia y arraigadas tradiciones a las que es posible acercarse a través de las diversas aulas culturales creadas por las administraciones municipal y autonómica.
El pueblo de La Alberca ya merece, sobre todo por su interés arquitectónico, un artículo aparte, y quizás lo escriba. La visita de su enrevesada estructura urbana es todo un gran aliciente para el visitante. Su belleza nos invita a disfrutar unos buenos momentos sentado en la terraza de alguno de los numerosos restaurantes que encontramos apostados en su recoleta Plaza Pública, ella misma llena de recoleto encanto. Los precios aquí son algo más altos de lo que me tenía acostumbrado Ciudad Rodrigo o la Sierra de Gata, y sería bueno que los controlasen un poco, no vaya a ser que acaben muriéndose del éxito conseguido.
Desde La Alberca se pueden visitar con el vehículo particular los numerosos pueblos del entorno, muchos de ellos declarados Conjunto Histórico, los cuales exhiben con orgullo sus murallas, castillos y viejas iglesias, pero a mí lo que me interesa en este artículo es hablar de las rutas que se pueden realizar desde la misma población, ya sea a pie o en bicicleta.
Cuenta La Alberca con un aula informativa sobre la Sierra de Francia y Las Batuecas, la «Casa del Parque». Es más, desde el mismo centro es posible realizar dos rutas a pie. Una, de corto recorrido, se limita a dar un breve y fácil paseo por el pinar inmediato al aula informativa. Una ruta que se presta bien al paseo familiar sin demasiadas complicaciones, aunque recomiendo llevar zapatos deportivos. La otra ruta, que al principio comienza siendo la misma que la anterior, ya es harina de otro costal, pues enlaza con el Valle de las Batuecas y el monasterio de los carmelitas descalzos ubicado en ese agreste y paradisíaco lugar. En total, son aproximadamente unos ocho kilómetros, subiendo por un pinar unos tres y medio hasta el Puerto del Portillo, y bajando el resto de la senda hasta el monasterio, en una excursión algo dura, pero que ofrece paisajes de montaña inolvidables.
Desde luego que hay que estar físicamente bien preparado, especialmente si se decide regresar por el mismo camino. La carretera de vuelta es mucho más larga, algo así como una docena de kilómetros para regresar a La Alberca. Y, sobre todo, al menos en verano, conviene llevar suficiente agua, porque no hay más fuente en el camino que la del Río de las Batuecas, que cuenta con algún manantial dentro del valle aguas más arriba del monasterio. El valle es una pasada de bonito, yo diría que incluso espectacular, y se puede recorrer durante un buen trecho, permitiendo el baño en las numerosas pozas que ofrece el río, hasta llegar a unas pinturas rupestres que hoy se encuentran protegidas por un rejado pero que resultan prácticamente invisibles para los profanos.
En cualquier caso, para emprender y completar esta ruta hay que hacerlo bien conscientes de adónde vamos, ya que si se completa son unos cuantos kilómetros. También existe una ruta excursionista que remonta el Valle de las Batuecas. Esto sin contar que quedé en que sólo hablaría de lo que se puede hacer desde La Alberca. Por supuesto, esta ruta no es apta para bicicleta de montaña. El desnivel de bajada al valle, desde el Puerto del Portillo, gira en torno a los 400 metros.
La otra ruta que sale de La Alberca es la llamada “Camino de las Raíces”, de unos ocho kilómetros de longitud y dificultad considerada baja por sus promotores. Es, junto a la ruta “Camino del Agua” una de las dos de arte en la Naturaleza. Es decir, que incorpora en el itinerario algunas obras de arte para que este tenga mayor interés. Aclaro, antes que nada, que ese último itinerario sale de Monforte de la Sierra, o de Mogarraz, y no de La Alberca.
La ruta “Camino de las Raíces” tiene su inicio en el lado opuesto a las primeras y se abre paso entre un inmenso robledal que, en la época en que la hice (a mediados de julio) estaba infestado de pequeñas y muy agobiantes moscas. El itinerario circular pasa cerca de la Ermita de las Majadas Viejas y, a mitad del recorrido también de lo que queda de la de San Marcos. Al lado mismo de la ermita se sitúa la laguna del mismo nombre, que es muy bonita y donde croan las ranas.
Un ecologista en El Bierzo.