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Ruta botánica por las Peñas de Ferradillo con el Instituto de Estudios Bercianos

Otra vez me ha tocado madrugar, aunque no tanto como cuando salgo con mis amigos de la Peña Gistredo hasta las altas cimas de la Cordillera Cantábrica. Cruzado el puente Boeza, en Ponferrada, me he dirigido  hacia los Montes Aquilianos, en concreto hacia el Campo de las Danzas. Allí dónde -según recoge una antigua tradición oral- las brujas celebraban sus  infernales aquelarres.

Después de adelantar, en la sinuosa carretera que asciende hacia los montes, a tres microbuses fletados por el Instituto de Estudios Bercianos,  al llegar a una gran campa que culmina la carretera y que suele utilizarse como aparcamiento, me encontré con un compañero de la Escuela Oficial de Idiomas. Nica es un experto montañero y muy aficionado a las plantas. También estaba allí Paco, el alma mater de la excursión, al que acompañaba su hermano Abel, y que acabaría revelándoseme como un gran botánico.

Carlos Romero, un profesor incansable.

Explicar lo agradable que resultó este paseo, guiado por un profesor incansable como Carlos Romero, ahora jubilado, es tarea difícil. Romero conoce al dedillo las plantas de esta zona y acompañarle en este recorrido botánico resultó una experiencia inolvidable. (¡Flipante!, que dirían mis hijos). Pienso en la suerte que tenemos de poder contar con él.

Dejando la cima de la Aquiana a nuestra espalda, subimos hasta situarnos en la cresta de la montaña que se sitúa a caballo entre El Bierzo y la Cabrera. Oscar Oviedo, de la Asociación de Padres Cabrera Joven, oriundo del lugar, aprovecha para comentarme algunos detalles de las ampulosas vistas que nos ofrece este recorrido. Por ejemplo, a lo lejos y encaramado en la ladera opuesta vemos el pueblo de San Pedro de Trones, rodeado de numerosas escombreras procedentes de la explotación pizarrera. Y aunque estoy a favor de que se exploten responsablemente los tesoros que el planeta nos ofrece (la pizarra es fuente de grandes ingresos en la zona), no puedo menos que pensar en la incuria de los empresarios y gobernantes que  permiten tal degradación del paisaje.

Endemismos en las Peñas de Ferradillo.

Al llegar a la collada de la Nevera, situada al pie de las Peñas de Ferradillo, hacemos una pausa. Estamos encaramados en la cara norte de las rocas y desde aquí ya podemos ver las casas del pueblo, así como la llanura berciana, que se abre ante nosotros en toda su extensión y nos muestra el tinte azul de los lagos de Campañana y Carucedo, así como el blanco de la explotación minera de Catisa y, cerrando la vista, las montañas que cierran y limitan a la hoya berciana.

Es en este lugar que el profesor nos ofrece una charla  y que todos podemos observar -y fotografiar- los primeros endemismos propios de la zona, como el Rhamnus legionensis Rothm, que también aparece en la zona de Orense y Sanabria, o el Geranium dolomiticum, con su modesta y bella flor de cinco pétalos.

En su conjunto, las Peñas de Ferradillo constituyen un paisaje excepcional que considero que tenemos la responsabilidad de preservar inalterado para las generaciones venideras. En esta ocasión nuestros gobernantes han cumplido con su obligación y, actualmente, es un enclave declarado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Red Natura 2000. Es cierto que, ya desde el año 1872, se conoce la existencia en estos islotes calcáreos la presencia de algunas rarezas botánicas. De hecho, estos roquedos albergan hasta el 91,3 % de los endemismos vegetales bercianos.

Pero, aparte de esto, se trata de un lugar de excepcional belleza, equiparable en ese sentido, -si es que la belleza puede llegar a compararse-, al Valle del Silencio, en Peñalba. La gran barrera rocosa en la que nos encontramos se alarga en dirección de Las Médulas antes de descender hacia los pueblos de La Chana y Voces, en donde acaba situándose en cotas cercanas a los 600 metros de altitud.

Paco, que conoce la geología local, nos explica que se trata de un afloramiento de calizas y dolomías pertenecientes al ordovícico superior y con una edad cercana a los 450 millones de años. Es su alto contenido en magnesio, sumado al aislamiento de estos crestones rocosos, lo que ha permitido que se desarrolle en él un tipo de flora única.

La Peña de Muces o de Voces.

Desde aquí se impone la visión de la Peña de Muces -también conocida como Peña de Voces-, que alcanza su altura máxima en la Cruz de la Peña (1.450 metros). Ella domina con su mole impresionante este conjunto rocoso calizo. Alberga algunas cavidades y es conocido que en la postguerra estos abrigos naturales fueron utilizados por algunos republicanos como refugio.

Pero hoy, el interés de la Peña de Voces reside sobre todo en su extraordinario valor botánico. Hay una docena de especies endémicas en este lugar. Y un tejo que ha logrado sobrevivir a las inclemencias del tiempo la friolera de 500 años o más. El tejo de Paradela de Muces -como lo llaman los lugareños- tiene un perímetro troncal de casi tres metros. Recordaré aquí que el tejo es un árbol protegido por el Decreto 63/2007 de 14 de junio  de la Junta -por el que se creó el Catálogo de Flora protegida de Castilla y León- y es bastante probable que el ejemplar que crece aquí naciera mientras reinaban de los Reyes Católicos.

El pueblo de Ferradillo.

En la fuente de Ferradillo, que mana todo el año, se paran los excursionistas a beber agua fresca. Luego, su caminar cansino les acercó al pueblo, muy próximo, en el que hijos y nietos de sus antiguos pobladores reconstruyen las casas antaño abandonadas. Actualmente, la Asociación Amigos de Ferradillo cuida de los intereses de la aldea, que se vio abandonada en la década de los setenta. Permanecen todavía en ella los restos de un pequeño monasterio y de la iglesia parroquial, ambos en estado de penoso abandono.

La pista de Paradela de Muces nos arrastra, en su leve bajada, hacia otra vista excepcional de las Peñas. En las faldas de la montaña existe una especie de bosque primigenio, muy bien conservado, en cuya espesura pueden encontrarse algunas especies de plantas raras y excepcionalmente bellas, como por ejemplo la Campanula adsurgens, la Polygonatum multiflorum o algún ejemplar de cerezo centenario con troncos que no logramos abarcar ni entre dos.

Torcas y lengua de ciervo.

Entre las rocas más altivas se ocultan torcas que impresionan por el aspecto insondable de sus abismos. Es allí mismo, en la boca de las simas, donde descubrimos la lengua de ciervo (Phyllitis scolopendrium), una variedad de helecho rarísima que destaca por su belleza. Preguntado un lugareño sobre el nombre del agujero responde que no tiene. ¿He de deducir de esta respuesta que las hay más grandes todavía? Me prometo a mí mismo que regresaré a este lugar para intentar bajar, con algunos compañeros espeleólogos, hasta el fondo de la sima.

En un claro del bosque nos espera un grupo de personas reunidas en torno a unas mesas puestas. Son miembros de la Asociación Cultural Paradela de Muces. Han preparado carne a la brasa, chorizos, jamón, empanadas y otros platos deliciosos para los excursionistas. Tampoco escasean las bebidas y, mediando el vino, al poco rato todos somos grandes amigos.

Entre los presentes hay algún ecologista, como Toño Méndez, a quien podemos agradecer que, gracias a su dedicación valiente, se haya conseguido cerrar una cantera, la de la Peña del Horno, que estaba afectando gravemente a este lugar idílico. Otro de ellos, Alejandro, ingeniero de minas, se vio involuntariamente metido en un juicio por agresión cuando el encargado de la cantera le confundió con otra persona y le golpeó. El agresor fue juzgado y condenado a pagar una multa, además de las costas del juicio.

El castro de la Peña del Hombre.

Desde el lugar en donde nos encontramos podemos ver el Castro de la Peña del Hombre. Los arqueólogos lo datan de la época romana y creen que servía para asegurar la protección de la red hidráulica de abastecimiento de agua de las minas de Las Médulas.

Antes de imprimir este artículo, y en previsión de posibles críticas, deseo dejar claro que mi intención al describir esta salida es puramente divulgativa. Reconozco que no soy ningún experto en nada ni tampoco he pretendido ahondar en la descripción de los endemismos aquí presentes. De hecho, existen numerosos estudios científicos sobre éstos en Internet. También quiero precisar que todas las opiniones aquí vertidas son personales y en ningún caso comprometen a los organizadores de la excursión.

Personalmente creo que valdría la pena volver a publicar noticias sobre estos pueblos y enclaves, y espero que en la medida de lo posible pueda volver a hacerlo en un futuro próximo.

Un ecologista en El Bierzo.

Nuestras plantas, únicas. 27/02/08. Lasnoticiasdemitierra.blogspot.com.

Ferradillo. Ferradillo.com.

No a la cantera de Paradela de Muces. Amorteira07.blogspot.com.

Asociación Cultural Muces. Imágenes de la excursión. 12/01/11. Acmuces.blogspot.com.es.

Nica y Abel toman la medida a un cerezo silvestre en las Peñas de Ferradillo. 30 mayo 2009.  Fuente: unecologistaenelbierzo.wordpress.com. Foto: Enrique L. Manzano.Rhamnus pumila subsp. legionensis Rothm. Biga.org.

Geraniums Especies. Infojardin.com.

Phyllitis scolopendrium. Asturgeografic.blogspot.com.es.