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EEUU y China enfrían las expectativas de la cumbre del clima y los países emergentes se niegan a pagar la factura de los platos rotos

Barack Obama rebajó ayer, en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebrada en Nueva York, las expectativas sobre la cumbre medioambiental que se celebrará en Copenhague en diciembre, y en la que está prevista la actualización del Protocolo de Kioto sobre la emisión de gases de efecto invernadero.

Sus declaraciones han servido para mermar las esperanzas de quienes, como yo mismo, esperamos que la reunión de las grandes superpotencias en Copenhague aporte un cambio sustancial en la política de emisión de estos gases, cuyo exceso está provocando profundas transformaciones en el clima. Después de la jornada celebrada ayer ya no se esperan más que escasas medidas para atajar el calentamiento global.

En su intervención, Obama hizo referencia a la grave situación que atraviesa la economía mundial para justificar que su país, así como los demás participantes, no adopten compromisos serios. “Estamos buscando soluciones en medio de una recesión global, donde la prioridad de cada país es rescatar su economía y dar trabajo a su población. Así que todos nos vamos a enfrentar a dudas y dificultades“, expuso.

El mandatario estadounidense reconoció la responsabilidad de los países más desarrollados en la situación climática actual y por tanto la necesidad de asumir gran parte del esfuerzo y del liderazgo, pero también emplazó a las naciones emergentes a “jugar su papel” y “comprometerse” a emplear energías limpias.

España pide que se destine el 0,7 % del PIB al desarrollo tecnológico.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que intervino a puerta cerrada en la mesa redonda de la Reunión de Alto Nivel (RAN) sobre Cambio Climático, propuso a la comunidad internacional que se destine el 0,7% del PIB al desarrollo tecnológico.

La propuesta española fue bien acogida por los países presentes en la RAN, ya que significaría una mayor implicación económica de los países miembros de la ONU en la lucha climática. O, como dijo Zapatero, “la integración de la protección del clima en los modelos económicos“.

Evo Morales exige a los países ricos el pago de una “deuda histórica”.

Los países más ricos tuvieron que escuchar las quejas y reclamaciones de los países emergentes, que no parecen dispuestos a reducir sus niveles de emisiones actuales al considerar que esto sería un lastre para el despegue de sus propias economías. Éstos reclamaron ayudas económicas a los países ricos para aplicar medidas reductoras e, incluso, como en el caso del presidente Evo Morales, fueron bastante más lejos, al exigirles el pago de la que el mandatario boliviano denominó “deuda histórica”.

“Un fracaso en Copenhague sería moralmente imperdonable”.

Las timoratas declaraciones de Barack Obama en la reunión sobre el clima  contrastaron con la advertencia realizada, momentos antes, por el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon: “Un fracaso en Copenhague – advirtió – sería moralmente imperdonable, económicamente erróneo y políticamente desaconsejable“. Ban Ki-moon  alertó también sobre la lentitud de las negociaciones, que según él estarían progresando “a la velocidad de un glaciar“.

Durante un foro sobre el medio ambiente celebrado en Corea del Sur, en fechas recientes, Ki-moon realizó una apocalíptica advertencia sobre los riesgos implícitos al calentamiento global, advirtiendo que si no se toman medidas urgentes para combatirlo los cambios en los patrones climáticos se producirán disturbios en masa en todo el planeta.

Los científicos alertan que el desastre está a la vuelta de la esquina.

La advertencia del secretario general de la ONU es coincidente con la opinión generalizada de la gran mayoría de los científicos mundiales, que estiman que el tiempo para llevar a cabo acciones para frenar el cambio climático se está agotando.

India y China, dos de las naciones más contaminantes del planeta, junto con EEUU, que es el país responsable del 25% de las emisiones mundiales, pidieron a Barack Obama  que adoptase medidas drásticas para reducir sus emisiones. Sin embargo, estas propuestas se encuentran actualmente estancadas en el Capitolio, ya que la legislación que prevé su reducción para el 2020, a los niveles de 1990, no podrá discutirse el Congreso norteamericano hasta mediados del año 2010, vistos los problemas de política interior con los que debe lidiar el presidente.

Aprobación del Senado estadounidense.

Obama reconoció que su ley sobre energía y clima, recientemente aprobada por la Cámara de Representantes y destinada a “reducir drásticamente la emisión de gases contaminantes“, todavía debe lograr la aprobación del Senado. Esta situación ha enfurecido a algunos países europeos, que culpan a Washington de supeditar la estrategia climática mundial a la agenda de su Congreso, actualmente  centrada en una gran reforma sanitaria.

A estas críticas, el presidente norteamericano respondió diciendo que “EEUU ha hecho más por promover energías limpias y reducir la contaminación por CO2 en los últimos ocho meses que en cualquier otra época de su historia“. Obama, que se mostró orgulloso de estos resultados, comparó la actuación de su Gobierno con la de absoluta apatía de sus predecesores republicanos.

El mandatario norteamericano listó algunas de las iniciativas más recientes, la mayoría incluidas en las medidas lanzadas por el Gobierno para relanzar la economía: “Por todo EEUU, los empresarios están construyendo turbinas eólicas, instalando paneles solares y comprando coches híbridos; estamos invirtiendo miles de millones en reducir el despilfarro energético“, dijo. “EEUU puede liderar el esfuerzo global, pero no actuar solo contra el cambio climático”, concretó.

El compromiso de Washington para reducir las emisiones de gases invernadero parece real, pese a las limitaciones expuestas. EEUU ha incluido el medio ambiente en el temario de todas las grandes cumbres internacionales, como la próxima del G-20 que se celebrará en Pittsburgh, en donde pedirá el final de las subvenciones a los combustibles fósiles.

En el Foro de las Mayores Economías sobre Energía y Cambio Climático, celebrado en Washington a finales del pasado mes de abril, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, afirmó que su país estaba decidido a «recuperar el tiempo perdido». Clinton hizo estas declaraciones durante la reunión internacional convocada por el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

En ese foro participaron representantes de las 17 economías más grandes y de países emergentes, responsables del 75% de las emisiones globales, así como la Unión Europea (UE) y la ONU: Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea del Sur, México, Suráfrica, Reino Unido y EEUU. Dinamarca fue invitada como organizadora de la futura conferencia de Copenhague y España no fue incluida en la selecta lista.

Una reunión similar fue promovida por el presidente norteamericano saliente, George W. Bush, si bien esa Administración siempre se negó a adoptar  medidas que limitaran la capacidad de la industria norteamericana.

La reunión de abril fue preparatoria del Foro de las Mayores Economías sobre Energía y Cambio Climático, celebrado en julio pasado en la isla de La Magdalena, en Italia, y que fue presidido por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

Este foro, anunciado el 28 de marzo por el presidente Obama, es el que está sirviendo de marco para el diálogo sobre asuntos claves en materia de cambio climático y energético. Su objetivo es facilitar las iniciativas concretas destinadas a fomentar la energía renovable y reducir las gases tóxicos, preparando la conferencia de sobre el clima de Copenhague.

China apuesta por la energía nuclear.

La posición de EEUU fue también la del presidente chino Hu Jintao, quien explicó los pasos y objetivos que adoptará su gobierno para “rebajar notablemente” las emisiones de CO2 en 2020, tomando como referencia sus niveles de 2005, pero sin comprometerse a dar ninguna cifra concreta.

Entre otras medidas, China “aumentará la producción de las energías no fósiles (tanto renovables como nuclear) en torno a un 15% para el año 2020“, dijo. El presidente chino prometió además “acelerar los esfuerzos para desarrollar una economía verde, con una baja tasa de emisión de CO2, y acelerar también la investigación, el desarrollo y la aplicación de energías verdes“.

Pero, al igual que hiciera Barack Obama, el mandatario chino dijo que la economía era lo primero: “Para los países en desarrollo la primera prioridad es el mantenimiento del crecimiento económico, la eliminación de la pobreza y la mejora de los niveles de vida“.

Francia propone que se celebre otra reunión.

Ante la falta de compromiso de las principales potencias emisoras de CO2, el presidente francés Nicolas Sarkozy planteó – muy acertadamente – la necesidad de celebrar una nueva reunión en noviembre de los países más contaminantes.

Los días están contados: nos quedan 87, dijo Sarkozy. Y añadió: “Francia propone que los jefes de Estado de las principales economías, que representan el 80% de las emisiones mundiales, se reúnan a mediados de noviembre, para que precisen sus compromisos y asegurar así el éxito de Copenhague“.

La urgencia de Sarkozy está justificada por la alerta de los científicos como Rajendra Pachauri, el presidente del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC), quien ha avisado que “la ciencia nos deja sin excusas para no actuar; los Gobiernos aprobaron el informe del IPCC, lo que significa que tienen conocimiento de él». Pachauri garantizó que las predicciones apocalípticas ligadas al cambio climático todavía podían evitarse si se estabilizaba la emisión de gases con efecto invernadero. Para alcanzar este objetivo, precisó  que sólo se requeriría un coste prácticamente ridículo: un 3% del PIB mundial desde ahora hasta el año 2030. “Un pequeño retraso” en la acumulación de la riqueza económica mundial, a cambio de preservar la propia seguridad del planeta, según el científico.

Si cabe hacer un balance global de la conferencia diría que el panorama se presenta deprimente. O se produce un gran movimiento ciudadano en contra del cambio climático, capaz de modificar las actuales posturas políticas, o el planeta se va a pique. Y esto sucederá pese a lo limitado del esfuerzo que supondría tomar ahora medidas para evitarlo. Porque ningún político parece dispuesto a adoptar decisiones impopulares en su propio país.

Un ecologista en El Bierzo.

Conferencia de la ONU: Obama enfría la cumbre del clima. 23/09/09. Noticiaecologica.blogspot.com.es. Bruno Giambelluca.

Cambios en patrones climáticos pueden llevar a violencia y disturbios en todo el planeta. 21/08/09. Inforegion.pe.

Campaña de Greenpeace destinada a alertar sobre los efectos desatrosos del calentamiento global. 2009. Fuente: greenpeace.org.EE.UU. promete involucrarse en la lucha mundial contra el cambio climático. 27/04/09. Abc.es.

EEUU exhibe un giro radical en su política respecto al cambio climático. 28/04/09. Elmundo.es.

Cumbre sobre cambio climático de la ONU celebrada en Nueva York (en chino). 23/09/09. Xinhuanet.com.

Lula y Sarkozy coincidieron acerca del cambio climático. 15/11/09. Diariouno.com.ar.