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El monte Medulio, símbolo de la resistencia celtibérica contra los invasores romanos

Castillo de Carbedo, en la sierra del Caurell, próximo a Esperante, con el monte Cido detrás. Manuelgago.org.

Castillo de Carbedo, en la sierra del Caurel, próximo a Esperante, con el monte Cido detrás. Fuente: Manuelgago.org.

La trágica gesta del monte Medulio es representativa del espíritu indómito de los pobladores celtíberos, en justa comparación con otras como la de Numancia, ya que en ambos casos las tribus vencidas por la fuerza avasalladora del Imperio romano prefirieron darse muerte antes que convertirse en esclavos y renunciar así a su libertad.

Más de un siglo separan ambos hechos, acaecidos antes del inicio cronológico de nuestra época, pero algo parece unirlos de una manera única e innegable, y es ese amor por la tierra y la independencia individual, sentimientos de los que también hizo demostración otro líder carismático de la lucha contra la opresión romana: Viriato.

Estatua de Viriato en la plaza homónima de Zamora. Wikipedisa.org. 25 agosto 2008. Autor: Eduardo Barrón.

Estatua de Viriato en Zamora. Wikipedia.org. Autor: Eduardo Barrón.

Viriato pertenecía a la tribu de los lusitanos (en un momento en que aún no existían ni España ni Portugal, tal y como los conocemos en la actualidad, y cuando los romanos llamaban Hispania al vasto territorio peninsular celtibérico). La polémica sobre si era español o portugués se ha demostrado carente de sentido, ya que el territorio de nacimiento y actuación militar del caudillo, en el sureste peninsular, no se puede situar con precisión.

Más claro parece estar el origen de los numantinos, aunque todavía subsista la duda sobre si este pueblo, también celtíbero, pertenecía a la tribu de los pelendones o a los arévacos. Plinio el Viejo afirma que la ciudad era pelendona, mientras que otros autores, como Estrabón y Ptolomeo, la sitúan entre los arévacos. Sobre el origen etimológico de Numancia parece, sin embargo, haber menos discusión, considerándose como una palabra celta de origen indoeuropeo que significaría pastos extensos y amplios. Lo que coincide con la descripción física del lugar.

Representación pictórica del asedio a Numancia. Fuente: terraeantiqvae.blogia.com.

Representación pictórica del asedio a Numancia. Terraeantiqvae.blogia.com.

Cuentan las crónicas romanas que, tras más de veinte años repeliendo los insistentes ataques romanos, Numancia terminó por sucumbir ante las legiones romanas comandadas por Publio Cornelio Escipión Emiliano después de un largo asedio. Y que, tras agotarse sus víveres, los numantinos decidieron poner fin a la situación entregándose algunos a Roma en condición de esclavos mientras que la mayoría prefirió suicidarse. Un hecho que sucedió en el año 133 a. C.

El monte Medulio.

Hace ya muchos años que el monte Medulio (Mons Medullius, en latín) aparece ligado a la mitología gallega y berciana, en relación con la resistencia indómita de los pueblos del noroeste ibérico contra las cohortes romanas. Esto es así porque, según las fuentes clásicas, fue en este enclave, a día de hoy todavía indeterminado, que se produjo la última batalla entre las legiones imperiales comandadas por los tribunos Cayo Furnio y Publio Carisio, y los bravos guerreros galaicos, astures y cántabros.

Sobre la importancia que los romanos concedieron a estos combates, conocidos como Guerras Astur-cántabras (29 a. C.-19 a. C.), baste decir que fue la única operación militar que el emperador Cayo Julio César Augusto dirigió personalmente.

El monte Cido.

El monte Cido.

Como dije antes, la situación geográfica del monte Medulio continúa siendo todavía controvertida, siendo múltiples localizaciones y montes de la geografía norpeninsular, candidatos a haber albergado el histórico monte, convertido en un icono de tintes mitológicos por la tradición popular de las gentes de Galicia y el Bierzo.

En contraposición, hay una clara constancia escrita de que estos hechos dramáticos acontecieron en el año 22 a. C. La victoria romana, sin embargo, no aportó a Roma más que un montón de cadáveres como resultado del suicidio colectivo de los defensores de su tierra, ya que las tribus en liza acostumbraban a vivir austeramente y no solían acumular metales preciosos ni joyas.

Estatua del emperador romano Cayo Julio César Augusto. Wikipedia.org. Till Niermann.

Estatua del emperador Cayo Julio César Augusto. Wikipedia.org. Till Niermann.

Los galaicos fueron un conjunto de pueblos celtas y preceltas afincados en Gallaecia, en el noroeste de la península ibérica. Ocuparon la práctica totalidad de lo que hoy es Galicia, exceptuando las comarcas de Valdeorras y Trives en Orense, habitadas por astures gigurros y tiburos, respectivamente, y la parte de los Ancares lucenses, que estaban ocupados por los astures lougeos.

Al este se extendían por la actual autonomía asturiana, marcando su frontera con los astures en el río Navia. Hacia el sur ocupaban el norte de Portugal hasta el río Duero, donde tenían establecida su frontera con los Turduli veteres y los lusitanos.

Sobre la ubicación del monte Medulio.

El castro de Vilar, en la sierra del Caurel. Galicia. Wikipedia.org. Víctor González.

El castro de Vilar, en la sierra del Caurel. Galicia. Wikipedia.org. Foto Víctor González.

Ante la inconcreción de los datos documentales disponibles ciertos autores han ubicado el monte Medulio en la zona montañosa del concejo de Lena, en Asturias, mientras que otros han defendido que se encontraría en el Picu Cervera, en el Castro Meduales, situado en Belmonte de Miranda (Asturias).

Otras hipótesis sobre la situación de este monte, símbolo de la bravura de las tribus autóctonas, lo emplazan en una franja situada en el límite del Bierzo (León) con Galicia, en concreto en la sierra de la Encina de la Lastra, que se encuentra situada a caballo entre la comarca berciana y la orensana de Valdeorras. De hecho, todo parece indicar la existencia de un parentesco toponímico entre el monte Medulio y Las Médulas, las gigantescas explotaciones auríferas romanas hoy convertidas en Patrimonio de la Humanidad y situadas en un espacio cercano.

Algunas investigaciones ulteriores han concluido en situar esta misteriosa montaña en los Ancares, en concreto en la sierra del Courel, en la inmediaciones fronterizas entre El Bierzo y la provincia lucense.

Pueblos autóctonos de Iberia en el año 300 antes de Jesucristo. Wikipedia.org.

Pueblos autóctonos de Iberia en el año 300 a. C.. Wikipedia.org.

Pero éstas no son las únicas interpretaciones, debido a que el cronista romano Paulo Orosio situó el monte en las inmediaciones del río “Minio” o Miño. Una opción que ha sido rebatida por Vicente Risco y también por el Padre Sarmiento. Estos estudiosos argumentan que en realidad, la mención “Minio” hace alusión al río Sil, que habría sido confundido por el cronista romano con el Miño. Parece incuestionable que el Sil hasta la Edad Media era el ‘Minnio’, ya que existen testimonios escritos que así afirman.

Otra reciente teoría especula con su ubicación en Pereiro de Aguiar, (Orense), en un monte que lleva por nombre «O Castelo», y en el que, al pie de un antiguo camino real llamado «Portocarro» se puede leer, grabada en una gran roca, la inscripción «Sicenata Pacata» (quietos y pacificados), en caracteres latinos e indígenas. Además, sirve de sustento a esta teoría la frase del historiador Orosio «Ulteriores Gallaeciae Partes”, que identificaría, según los autores, la parte oriental de la Gallaecia romana,que era algo mayor a la Galicia actual.

Moneda emitida por Moneda emitida por Publio Carisio durante las Guerras Cántabras para pagar a las tropas con moneda fiduciaria. Siglo I a. J. Wikipedia.org.

Moneda emitida por Moneda emitida por Publio Carisio durante las Guerras Cántabras para pagar a las tropas con moneda fiduciaria. Siglo I a. J. Wikipedia.org.

A favor de otro sitio que pudiera responder a la descripción de la cruenta batalla hay también defensores, aunque cada vez menos, hay quién afirma que el mítico monte se correspondería con el monte Medelo, en Santa Cruz de Arrabaldo (en Orense), que cuenta con el argumento de la toponimia a su favor, o incluso con Cabeza de Meda (en Baja Limia), los montes Aloia (en Tuy) o Santa Tegra de La Guardia (en Pontevedra), este último defendido por Shulten.

Aunque modernos estudios establecen una premisa aparentemente más razonable según la cual el “Medulio” sería uno de los montes de la sierra del Caurel, exactamente el monte Cido. Argumentan los defensores de esta opción que el orónimo del monte derivaría de la voz latina “Occidio”, en su significado más horrendo de matanza o carnicería. Además, todavía hoy se pueden apreciar en la zona restos ostensibles de un foso o zanja como la que los romanos pudieron excavaron para sitiar o cercar el monte. Por otra parte, se han descubierto vestigios romanos en este entorno, como por ejemplo un águila imperial de bronce procedente de un estandarte romano. Esta localización se ve respaldada la situación de difícil acceso del Caurel y su situación entre varios campamentos romanos de la época, Lugo, Astorga y Braga, además de la profusión en los alrededores de tejos, árboles del cual supuestamente tomaron el veneno mortal, en los alrededores del monte.

La información clásica.

Situación de los astures. Siglo I a. J. Wikipedia.org.

Situación de los astures en el siglo I a. J. Wikipedia.org.

Le corresponde al historiador romano Lucio Anneo Floro la narración de la batalla del monte Medulio: “…Por último tuvo lugar el asedio del Monte Medulio, sobre el cual, después de haberlo cercado con un foso continuo de quince millas, avanzaron a un tiempo los romanos por todas partes. Cuando los bárbaros se ven reducidos a extrema necesidad, a porfía, en medio de un festín, se dieron la muerte con el fuego, la espada y el veneno que allí acostumbran a extraer de los tejos. Así la mayor parte se libró de la cautividad que a una gente hasta entonces indómita parecía más intolerable que la muerte…”.

En opinión del Padre Sarmiento y de Vicente Risco, unos ingirieron el veneno procedente del tejo, mientras que otros se habrían arrojado al fuego de una inmensa hoguera o se habrían dado muerte con sus espadas, tras un gran banquete y bajo los efectos de la embriaguez.

Retrato en relieve de Ramón Cabanillas al pie de una estatua en Cambados. Wikipedia.org. Autor Luis Miguel Bugallo Sánchez.

Retrato en relieve de Ramón Cabanillas al pie de una estatua en Cambados. Wikipedia.org. Autor: Luis Miguel Bugallo Sánchez.

El poeta español en lengua gallega Ramón Cabanillas Enríquez (Cambados, 3 de junio de 1876 – ibídem, 9 de noviembre de 1959), miembro de la Real Academia Gallega, escribió un poema titulado ‘Canto á bandeira galega’ (Canto a la bandera gallega), en su colección-poemario de 1917, denominado “Da terra asoballada”:

“O día do Medulio
con sangue quente e roxa
mercámo-lo dereito
á libre honrada chouza!”

Un ecologista en El Bierzo.

Las guerras cántabras. Viapraetoria.wordpress.com.

Las Guerras Cántabras III – El monte Medulio y el abrazo del tejo. 2012. Haraldwartooth.es .

O monte Cido. 12/07/04. Manuelgago.org.

El Mediterráneo en la Sierra de la Encina de la Lastra

El Aula de Naturaleza y Senderismo del Instituto de Estudios Bercianos (IEB), con el que mantengo relación desde hace varias décadas, organizó el pasado sábado 23 de noviembre otro de sus ‘Senderos geonaturales’, una actividad excursionista diseñada por  Francisco Arias Ferrero y Ramiro-Zoilo López para el Instituto dedicada a la divulgación de la geología. Desde el año 2007 esta sección del IEB lleva programando este tipo de salidas, las cuales gozan de una gran aceptación, como he podido comprobar en diversas ocasiones.

Fue precisamente con este mismo recorrido, el  de la ‘Ruta monte da Fraga’, con el que este grupo inició su actividad divulgativa del entorno geológico berciano, aunque para la ocasión abandonara ligeramente la comarca para centrar su actividad en la provincia orensana, en concreto en el Parque Natural de la Sierra da Encina da Lastra, un espacio declarado protegido desde el año 2002 por sus altos valores medioambientales.

Participamos en la salida casi cuarenta caminantes, quienes recorrimos en aproximadamente tres horas los seis kilómetros de lo que resultó ser casi un paseo, con un desnivel bruto de sólo 310 metros. Un circuito de dificultad media-baja, es decir al alcance de casi todo el mundo.

El punto de salida de la excursión se situó en el pueblecito de Pardollán, que se encuentra situado a unos 520 metros de altitud en la comarca orensana de Valdeorras, lindando con la berciana, y culminó en el Alto de O Carvallal, el punto más elevado del recorrido con 830 metros de altura. Los interesados pueden utilizar el plano de Carucedo Nº 191-I, del IGN, realizado a escala 1/25.000.

A Pardollán se accede desde Ponferrada por la carretera N-120 en dirección a O Barco. Nada más atravesar el túnel de Covas, a aproximadamente un kilómetro, es necesario coger un desvío a la derecha que indica la localidad de Biobra, pero que nos lleva, una vez cruzada la N-120 a través de un puente superior que la atraviesa, a Pardollán, situado a unos cuatro kilómetros, pasando previamente por la encantadora población de Vilar de Silva. La ruta elegida recorre periféricamente el macizo montañoso conocido como el Monte da Fraga.

Desde Pardollán hay que  coger el ‘Sendero del cura’, que se inicia a escasa distancia del pueblo, por la izquierda, caminando por la carretera en dirección a Vilar da Silva. Se trata de un antiguo canal de riego que se habilitó para facilitar el acceso del párroco a la ermita románica de Santo Estevo (San Esteban), ubicada al lado del arroyo de Pardollán  y actualmente en abandono. De hecho, a escasos metros de la ermita puede descubrirse el arroyo, que brota de una pequeña cavidad cárstica rodeada de maleza bajo la forma de un manantial. Muy cerca, y por encima de la ermita, encontraremos la derruida infraestructura de un antiguo molino del que se conserva el ‘banzao’, un curioso depósito de almacenamiento de agua, de forma circular, que se llenaba del preciado líquido para alimentar luego al molino, durante aproximadamente una hora de servicio según los cálculos de nuestros guías.

Desde esta altura puede disfrutarse de unas excelentes vistas sobre la población de Salas de la Ribera, situada cerca de la ribera del río Sil, y por encima de ella -destacando por el fulgor de sus tejados iluminados por el sol-, San Pedro de Trones. Más a la derecha se alcanza a ver algunas casas del Puente de Domingo Flórez.

En el entorno de la ermita es posible degustar, al menos en esta época, los frutos maduros del madroño (Arbutus unedo), en un lugar donde también abundan las encinas (Quercus ilex) y los olivos o aceitunos (Olea europea), circunstancia esta última que provoca cierta sorpresa al tratarse el último de un árbol más propio del clima mediterráneo que del atlántico. Superado el ‘banzao’, un sendero zigzagueante que gana altura rápidamente nos acerca a los restos, hoy en abandono y medio recubiertos por la vegetación, de la fábrica de pintura que otrora aportara trabajo y beneficio a algunas familias de la zona.  Todavía queda algún resto oxidado de la maquinaria empleada por la empresa en la molienda del mineral, una actividad que cesó en la década de los setenta. En la zona inmediata puede encontrarse la fuente mineromedicinal de Aguayo, una surgencia de agua ferruginosa, de aspecto parduzco y gusto metálico, que los aldeanos del lugar recomiendan para el tratamiento de anemias y afecciones cutáneas.

Unos metros más arriba, en una zona más despejada del bosque que acabamos de atravesar, nos encontramos  con un barranco en donde abundan las cuevas o ‘palas’, que es como las llaman en esta zona de Galicia a las cavidades de origen natural propias de los terrenos calizos de esta zona. Bordean el colorido barranco unas paredes ocres, en algunos lugares con tonalidades más rojizas o amarillentas, que constituyen lo que fueron las minas de pintura del lugar. Es uno de los puntos de interés geológico de este recorrido, y está conformado por grandes depósitos de hidróxidos de hierro (hematites y limonitas) que, en el siglo pasado, sirvieron para la fabricación de pinturas que sirvieron para  dar lustre a exteriores e interiores de las casas. Nuestro guía nos señala la presencia, en lo alto del cerro que domina la zona abarrancada, de restos de escorias de hierro, lo que podría situar alguna arcaica explotación minera, aún por investigar en el mismo.

El camino continúa en sentido ascendente por la verde vallina deforestada de O Carvallal, dedicada en la actualidad al pasto para el ganado aunque en el pasado se utilizó para el cultivo de cereales. Unos metros antes de alcanzar este espacio despejado, sobre un roquedo situada a la izquierda de la senda, observamos algún ejemplar de Petrocoptis grandiflora, Petrocoptis grandiflora. Fuente unecologistaenelbierzo.wordpress.com.  Foto Enrique L. Manzano.una pequeña planta endémica del lugar que se desarrolla sobre la roca calcárea. Continuando la senda, que superada la pradería se convierte en pista, alcanzamos el alto de O Carvallín, desde donde se puede otear uno de los hermosos paisajes del Parque Natural de la Sierra da Encina da Lastra, y desde el cual se vislumbra Biobra.

Vista de Biobra desde el Alto do Carvallín. Fuente unecologistaenelbierzo.wordpress.com. Foto Enrique L. Manzano.A partir de este punto el camino inicia su fase de descenso, rodeando los farallones calizos de Valello, un acantilado con forma de corredor que también constituye un mirador excepcional del paisaje de la Sierra. Dejando a nuestra izquierda las praderías del piedemonte del Monte da Fraga, nos acercamos rápidamente hacia la localidad de Vilar de Silva, que se descuelga, como un graderío a la solana, hacia el embalse de Peñarrubia.

A medio camino entre Vilar de Silva y Pardollán y justo donde el camino corta los acantilados calizos del Monte da Fraga, aparece el mirador, bien señalizado, de La Cruz. Desde aquí es posible observar en la lejanía la presa de Campañana, y en su plenitud la imponente mole caliza de Peñarrubia dominando la presa del mismo nombre, la cual embalsa el agua del río Sil para que, conducida a través de un canal de casi cinco kilómetros de longitud, alimente la central hidráulica de Quereño.

Seguidamente, y en continuo descenso hacia el pueblo, podremos observar, a nuestra izquierda, antiguas plantaciones de olivos con los que los lugareños producían aceite para el consumo propio gracias a las favorables condiciones de unos terrenos con características propias de los paisajes mediterráneos. En este sentido, también podremos prestar atención a la abundante presencia del almez (Celtis australis), propio de hábitats mediterráneos más cálidos.

Un merecido trago de agua en la fuente carbonatada del Regueiro en Pardollán dará por concluida la excursión al regresar al punto de partida de la ruta.

Es interesante señalar que el Instituto de Estudios Bercianos dispone de una ‘hoja de ruta’ que describe algo más ampliamente que esta reseña los valores naturales más destacados observables durante este recorrido, tanto desde el punto de vista histórico y cultural, como botánico, faunístico, geológico y paleontológico, y que podéis consultar en el mismo IEB.

Un ecologista en El Bierzo.

Nota: La documentación de base para la elaboración de este artículo es obra de la Asociación de Amigos de los Montes Aquilianos para el IEB.

Ficha. Senderos Geonaturales. IEB. MONTE DA FRAGA.