Hace muy poco me di casi de bruces con Gloria Fernández Merayo. Ella salía del portal de su casa cuando yo cruzaba por delante y por fuerza me miró. La situación nos obligó a intercambiar las miradas y la suya, he de decirlo, no me agradó. Demasiado fría y sobradamente ajena para mi gusto, pensé. Y más para alguien que dentro de muy pocos días será probablemente mi alcaldesa. Me parece que no ha tenido mucho en consideración que yo soy uno de los ciudadanos por quien se supone que ella va a tener que trabajar.
Dicho esto, he de aclarar que yo no tengo nada particular en contra de esta señora, de la que desconocía todo hasta hace poco. El Partido Popular presentó una cara nueva a las elecciones municipales de Ponferrada y creo que acertó. Fue Gloria Fernández Merayo, convertida el sábado pasado, 13 de junio, en la primera mujer alcaldesa de la ciudad templaria, coincidiendo con la constitución en España de los nuevos gobiernos municipales.
Comento la noticia (pese a haberme prometido a mi mismo de no escribir nada más sobre lo local), porque contiene dos aspectos que me interesa destacar. El primero es la recuperación de una normalidad que no lo es todavía, como es que una mujer acceda al timón de mando de una gran ciudad como es Ponferrada. Y el segundo es porque será con su equipo de gobierno y con ella con quienes tendré que «lidiar», desde la asociación con la que colaboro, el modelo de ciudad que queremos.
Sobre lo primero no hay gran cosa que añadir, salvo resaltar la satisfacción que me produce que se haya alcanzado por fin esa ‘normalidad’ a la que antes me referí. En cuanto a lo segundo, no me hago demasiadas ilusiones. No creo que la situación vaya a cambiar sensiblemente con respecto a lo que había antes, ni en el mejor ni en el peor sentido. Si acaso, podría hacerlo en un sentido negativo, con sería por ejemplo proponiendo la recuperación del disparatado proyecto de crear una macroestación de esquí en el Morredero.Y si llegara a recuperase la economía municipal, cosa casi imposible después de coma la ha dejado Samuel Folgueral y su equipo, y hubiese más dinero en las arcas, incluso el ‘faraónico’ y mal diseñado proyecto del monte Pajariel que logramos impedir. Pero, para que engañarse, dudo mucho que vea durante la próxima legislatura algún avance en municipalización de los servicios básicos, como por ejemplo el de la recogida de las basuras, o el del agua; o alguna mejora sustancial en la calidad del transporte público, en especial con las pedanías.
Pero aún así, y esperando errar en alguno de mis anteriores comentarios, he de confesar que la renovación municipal sucedida, que implica la desaparición de las viejas caras y el ‘entierro’ político, al parecer definitivo, de Ismael Álvarez (el alcalde ponferradino en la sombra, hasta hoy), creo que resultará muy positiva para la ciudad. Todavía no puedo asegurar que respiraremos nuevos aires, porque desconozco la trayectoria personal de algunos de los nuevos ediles, pero espero con relativo optimismo que estos/as aporten una deseada renovación en la forma de gobernar, más respetuosa en el fondo y la forma de gobernar, y con las esperanzas de la ciudadanía.
Se quedó pues el señor Samuel Folgueral, como se dice, sin plumas y cacareando. Es decir, sumido en la más absoluta de las soledades junto con su equipo, una parte del cual provenía precisamente de las filas de Álvarez, aunque en él ya no continúe el economista Emilio Cubelos. Destaco a este último porque fuimos amigos en la infancia (aunque él comenzó pronto a caminar hacia la derecha y yo en sentido contrario) y por el acierto que creo que ha tenido al tomar esa, al menos para mí, sensata decisión. Probablemente se ahorrará unos cuantos disgustos. Me parece que ya bastante va a tener, él y todos sus compañeros en el anterior gobierno, los de su partido (Cristina López y Sergio Gallardo) y los del de los no adscritos (Samuel Folgueral, Anibal Merayo, Santiago Macías, Isabel Baílez, Montserrat Santín), con apechugar con la denuncia relacionada con las cuentas del Mundial de Ciclismo. Y es que en esta ciudad, donde pocos o nadie se quiere comprometer, todavía quedan 119 ciudadanos probos, que para alguno no son más que “unos hijos de puta”, pero que para otross son personas honradas que miran por los intereses de esta ciudad.
En este contexto de enfrentamiento político, casi resulta remarcable que Rita Prada, la secretaria comarcal de los socialistas, no llegara a convertirse en el cadáver político que muchos deseaban. Y auguraban. Finalmente el odio socialista hacia quienes consideran que les traicionaron fue superior a cualquier otro sentimiento o razón. Pero además habían otros sobrados motivos para intentar impedir que quien contaba con menos ediles se quisiera hacer, incomprensiblemente, con mando de la ciudad. Es lo que pretendía conseguir Folgueral, en un inimaginable alarde de engreimiento personal. En definitiva, creo que fue una decisión más que acertada la que tomó Ángela Marqués y su partido, incluso aunque fuera al precio de tener que dejar la alcaldía ponferradina en manos del Partido Popular. Hacer lo contrario hubiese significado la ruina definitiva del PSOE local. Es decir, la de una formación política que, pese a todos sus defectos, todavía resulta indispensable.
Pocos avances pues, como decía, auguro para el medio ambiente y la justicia social en el municipio de Ponferrada. Y esto pese a la presencia de dos concejales de Ponferrada en Común, que creo que poco podrán hacer salvo protestar, y la de los otros dos de Coalición por El Bierzo (CB), que conociendo el percal creo que apuntarán más hacia donde les empuje sus intereses personales; o la del concejal del Partido Regionalista del Bierzo (PRB), el incombustible Tarsicio Carballo, fiel colaborador de los populares hasta la moción de censura que les descabalgó.
Así pues, todo indica que el Partido Popular podrá gobernar con relativa facilidad contando con el apoyo de los cuatro concejales de Ciudadanos, del PRB, y puntualmente de la Unidad Social de Electores (USE), el partido de Folgueral, o de la CB. Y no creo que entre sus prioridades vaya a situarse la de municipalizar servicios, o al menos la no tan polémica medida, y más medioambiental, de modificar el sistema de riego de las calles de Ponferrada, que incomprensiblemente continúa haciéndose con el agua de boca (es decir la potabilizada) en vez de la del río Sil. Incluso cuando para esto se tenga que incumplir con la obligatoriedad de respetar el caudal ecológico del Oza, cuyo escasa cuantía hace que en verano se llene de malos olores la vera del río en Toral de Merayo.
Y en lo que respecta a la recogida de las basuras, y a posibles campañas informativas sobre éstas, fueran ya escolares o ciudadanas, o sobre medio ambiente, tan necesarias, creo que tampoco avanzaremos demasiado. Continuaremos manteniendo el liderazgo ‘de los -al menos- veinticinco años de retraso’ que llevamos con respecto a otras poblaciones de tamaño similar a la nuestra, o incluso más pequeñas. Y lo mismo sucederá con la bicicleta., que seguiremos manteniendo en la prehistoria.
En ese sentido, me gustaría que el futuro/a técnico/a de Medio Ambiente del nuevo Ejecutivo revisara el estudio sobre la movilidad sostenible que, en el año 2007, encargó el equipo municipal que encabezó Carlos López Riesco, y que sigue acumulando polvo en algún olvidado armario olvidado. De hecho volví a tener, curiosamente y por casualidad, noticia de él hace tan sólo unos días, gracias al toma y daca protagonizado por el equipo municipal saliente (el de Folgueral y los Independientes Asociados por Ponferrada) con la oposición «popular», encabezada por su portavoz, el tránsfuga político Reiner Cortés.
Gracias a ese enfrentamiento dialéctico, y con muchos números, pude enterarme, -por fin-, de que tal estudio costó 90.000 euros a los ponferradinos. Total para nada. Porque López Riesco consideró que primaba en exceso la utilización de la bicicleta y el transporte público y que de aplicarse eso le haría perder votos. De este modo, su equipo acordó sumar otros ocho más de retraso a las necesarias transformaciones y cambios que precisa una ciudad moderna. ¡Después de todo, qué más daba, si ya llevábamos cerca de un cuarto de siglo empeñados en acumular cuanto más retraso mejor!
En cuanto a la transparencia municipal, espero que se avance algo en este sentido. Y que el Ayuntamiento no se gaste más dinero de los contribuyentes en comprar títulos fantasiosos, como el de ciudad más transparente. Un premio otorgado por ‘Transparencia Internacional España’, la empresa que dirige el ya algo añejo señor Garrigues Walker, y cuyo sistema de otorgamiento dista mucho de ser el más adecuado. Y, por favor, que tampoco nos compren más “Escobas de platino” o “Banderas Verde” más, o que sé yo, galardones otorgados casualmente por los mismos que asegurar la limpieza de la ciudad (FCC – Medio Ambiente y ACS – Urbaser). Porque estoy convencido de que nos cuestan un dineral. Además, creo que no sirven para nada, porque hace ya tiempo que la gente no se chupa el dedo.
Un ecologista en El Bierzo.
Folgueral cierra el mandato destapando el «despilfarro» del gobierno de Riesco. 23/05/15. Diariodeleon.es.
Merayo cierra un «acuerdo programático» con Ciudadanos y confía en gobernar en Ponferrada como fuerza más votada. 12/06/15. DIariodevalladolid.es.
El Ayuntamiento de Ponferrada, el más transparente de España en su gestión. Enero, 2013. Ponferrada.org.
Ecobierzo pone en tela de juicio la transparencia del Ayuntamiento de Ponferrada. 29/01/13. Ecobierzo.org.
Ponferrada: Ecobierzo podrá participar en la Agenda Local 21, tras año y medio de exclusión. 20/10/11. Ecobierzo.org.
Ponferrada debe tener una visión de ciudad de bicicleta si desea postular al Mundial. 12/10/10. Ecobierzo.org.
Ponferrada: las escobas de oro, plata, platino y menciones ‘en entredicho’. 16/06/10. Ecobierzo.org.