Aunque pausadamente, crece día a día el rechazo de las instituciones al uso del glifosato, un herbicida químico sobre el cual tuve ocasión de escribir el año pasado con motivo de su prohibición parcial por el Gobierno francés. También en relación con la campaña de firmas en contra de su utilización promovida por Greenpeace, que recientemente entregó 90.000 firmas a la ministra Tejerina.
En mi anterior artículo comentaba sobre los antagónicos estudios presentados sobre la supuesta toxicidad de este producto sobre los humanos. Desde entonces mi percepción particular sobre el mismo se ha vuelto más crítica, como resultado de la ampliación de mis lecturas.
Los ecologistas defienden que algunos de los estudios llevados a cabo están influidos por los intereses de las grandes multinacionales. Lo que probablemente es cierto, pero por desgracia siempre tan difícil de probar. Aunque lo fueron las presiones ejercidas por el Gobierno estadounidense ante el español para una mayor introducción del maíz transgénico en nuestro país, gracias a los cables hechos públicos por Wikileaks.
En cualquier caso, me parece prudente que se respete el principio de precaución hasta que no se disponga de más informes, lo que sin duda requerirá cierto tiempo. Es sin duda lo que también interpretó el Procurador del Común de Castilla y León, Javier Amoedo, que en 2014 recomendó, en un extenso informe dirigido a la Junta regional, que no se utilizara en los espacios públicos. Aunque todo siguió igual.
La semana pasada, el parlamento extremeño acordó prohibir el uso de herbicidas químicos para el control de flora espontánea en espacios de uso público, tales como bordes de carreteras, líneas de servicios, aceras, jardines y parques, protegiendo así la salud de la ciudadanía y el medio ambiente.
La normativa española sobre Uso Sostenible de los Productos Fitosanitarios, señala que «la Administración competente pueda aplicar el principio de cautela limitando o prohibiendo el uso de los productos fitosanitarios que considere peligrosos” y que debería informar y sensibilizar a la población en referencia a los riesgos resultantes de su uso, así como sobre la utilización de alternativas no químicas.
El día 10 de marzo la diputada Irene de Miguel, del grupo Podemos, llevó la propuesta a la Asamblea Extremeña y, con el voto a favor de PSOE y la abstención de Partido Popular, ésta salió adelante. De este modo Extremadura se convirtió en la primera CCAA española en aprobar esta medida precautoria.
En marzo de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al glifosato, el principio activo de la gran mayoría de los herbicidas utilizados a nivel mundial, como «probablemente cancerígeno». Fue tras la publicación por parte de Agencia de Investigación sobre el Cáncer (IACR) de un amplio estudio que demostraba la aparición de linfomas No-Hodgkin, células cancerosas y daños en el ADN en animales de laboratorio puestos en contacto con glifosato.
A partir de ese momento organizaciones como Greenpeace o Ecologistas en Acción iniciaron campañas en contra del glifosato, tanto a nivel estatal como autonómico, para informar a la ciudadanía e instar a las administraciones a suspender el uso del herbicida en los espacios públicos.
Los ecologistas defienden la existencia de alternativas viables a los herbicidas químicos para el control de la vegetación no deseada, como los métodos mecánicos o térmicos utilizados en la muchos países europeos, más respetuosos con la salud de las personas y el medio ambiente. Además, aseguran que generan más empleo.
Recientemente Madrid se ha sumado a otras grandes ciudades como, Barcelona. Zaragoza o Tarragona, que han abandonado el uso de herbicidas químicos, además de un número creciente de municipios que, por el momento, se concentran en el centro y en el noroeste español, con una especial incidencia en Galicia y El Bierzo.
Una relación incompleta de poblaciones que han presentado mociones, algunas de las cuales ya han sido aprobadas y otras están en trámite, además de otras que han manifestado públicamente que no utilizan productos con glifosato, son las siguientes: Pontevedra, Santiago de Compostela, La Coruña, Arzúa, Moraña, Cangas, Pontearenas, Amoeiro, Betanzos, Ames, Noia, Poio, Bueu, Marín, Vilaboa, Chinzo de Limia, Baltar, Carucedo, Cacabelos, Fabero, Villablino, Bembibre, Medina de Pomar, Logroño, Aranda de Duero, Almazán, Tordesillas, Simancas, Villamayor, Santa Marta de Tormes, Guijuelo, Peñaranda de Bracamonte, Ávila, Candeleja, Arenas de San Pedro, Santiuste de Pedraza, Tabladillo, El Espinar, Navas de Riofrío, Real Sitio de San Ildefonso, Las Navas del Marqués, Mataelpinto, Manzanares el Real, Navalafuente, Venturada, Alcobendas, Pezuela de las Torres, Alberc, Xirivella, Esplús, Barcelona, Badalona, Taragona, Zaragoza y Madrid.
Un ecologista en El Bierzo.
Extremadura prohíbe el uso de glifosato en espacios públicos. 11/03/16. Ecologistasenaccion.org.
Greenpeace entrega 90.000 firmas al Gobierno para que se oponga al uso del glifosato 15 años más. 07/03/16. Greenpeace.org.
Campaña de Greenpeace contra el glifosato tras las medidas adoptadas contra el herbicida en Francia. 21/06/15. Uecologistaenelbierzo.wordpress.com.
Carta del Procurador del Común a la Consejería de la Presiencia de la Junta de CyL. 30/06/16. Procuradordelcomun.org.
#libresdeglifosato. 2016. Ruralc.com.
Madrid destierra el glifosato, el polémico herbicida de Monsanto. 14/03/16. Vozpopuli.com.
ONGs denuncian a Monsanto y al gobierno alemán por ocultar los efectos cancerígenos del Glifosato. 02/03/16. Libresdecontaminanteshormonales.wordpress.com.